Matías Cruces Académico Carrera Psicología Universidad de Las Américas Sede Concepción
Las vacaciones son una de las instancias del año más esperadas por gran parte de la población. Los momentos de ocio, descanso y desconexión continuos, suponen un quiebre rutinario necesario para dar cese a diversos malestares como la fatiga, estrés y cansancio.
La búsqueda de espacios de distensión es importante, debido a que es indispensable permitirnos equilibrar nuestra vida personal con los quehaceres cotidianos. Sin embargo, luego de iniciadas las vacaciones es frecuente escuchar “¿Qué voy a hacer ahora que no tengo que ir a trabajar/estudiar?”. Aún sin entrar en la caricatura familiar, comúnmente vemos a niñas y niños aburridos, adolescentes que comienzan a sentir agobio y adultos a quienes les cuesta desconectarse de sus funciones. Solo entonces el cambio de actividades diarias comienza, y consigo, su impacto en nuestro bienestar psicológico.
¿Qué impresión deja el cambio de rutina en nuestro bienestar y cómo se manifiesta? Si se hace un análisis más profundo, se puede observar ansiedad por lo que se está haciendo y por aquello que aún no se realiza. Se produce estrés ante la falta de estructura en el día a día y agotamiento en momentos tediosos. En el aspecto fisiológico, se pueden ver variaciones en la calidad del sueño y su ciclo, alteraciones en los hábitos alimenticios y la desregulación de la actividad física. En lo familiar y social, se organizan dinámicas relacionales de una manera totalmente distinta a lo previamente establecido, lo cual puede favorecer el aislamiento social y mayores conflictos interpersonales, por nombrar algunos.
Reducir este impacto es importante y se puede lograr en la medida en que seamos conscientes que somos propensos a estos efectos, construyendo rutinas que permitan un ajuste al cambio de manera paulatina. Lo óptimo es no dejar de lado aquellos hábitos de autocuidado que se construyeron durante el año y estar atentos a estas señales porque nos permitirán una adaptación con mayor facilidad para disfrutar, las vacaciones.