Los dolores de cabeza son una de las consultas médicas más frecuentes en nuestro país y entre las causas más comunes se encuentran la cefalea tensional y la migraña. Aunque en la mayoría de los casos no se trata de una condición grave, su impacto en la calidad de vida puede ser considerable para quienes lo padecen.
Las cefaleas son dolores de cabeza que pueden tener diversas causas, desde factores genéticos hasta ambientales y emocionales. De hecho, en Chile se estima que representan el 50% de las consultas en Atención Primaria de Salud (APS), siendo una de las patologías más comunes en la población. Además, se estima que cerca del 12% de los chilenos padece migrañas y hasta el 40% experimenta cefaleas tensionales en algún momento de su vida.
Según explicó la doctora Loreto Cid, neuróloga de Clínica MEDS, “están las cefaleas primarias, que son las migrañas, las tensionales, y las secundarias, que se deben a otra causa, por ejemplo, a la sinusitis, bruxismo, enfermedades infecciosas, fiebre o ya cuadros neurológicos por tumores cerebrales u otras causas más complejas”.
En relación a las cefaleas tensionales, una de las principales causas del dolor de cabeza en general de la población, la especialista aseguró que “es un dolor que, en general, va partiendo gradualmente. Tampoco es tan severo, a diferencia de las migrañas. Habitualmente es frontal y la gente lo describe como un cintillo, como que es opresivo. En general, no se acompaña de otros síntomas más severos como vómitos y nauseas que son más típicos de las migrañas. Es un dolor, en general, más tolerable, pero también se empieza a hacer crónico”.
En este sentido, la facultativa afirmó que “hay que tener mucha educación sobre entender las causas del dolor, sobre todo lo que tiene que ver con el manejo corporal, el estrés, implementar técnicas de relajación, dormir bien y también hay un apoyo farmacológico importante. Hay algunos tratamientos que sirven y que se pueden usar, más que solamente analgésicos, para bajar los dolores. La actividad física regular es una de las cosas que más se recomienda para el manejo de estos cuadros, sobre todo cuando se hacen crónicos”.
Respecto a cuándo se debe consultar, la doctora Cid afirmó que “hay signos de alarma como dolores muy severos, que se acompañan con características que no tiene habitualmente, por ejemplo vómitos, o si lo dolores duran más horas de lo que uno habitualmente los tiene. Generalmente, conviene investigarlos sobre todo cuando son dolores nuevos. Afortunadamente la gran mayoría siempre siguen siendo dolores benignos. Un 95% son cefaleas primarias”.
En relación a los dolores de cabeza vinculados a la migraña, la neuróloga de Clínica MEDS aseguró que “tienen una base hereditaria importante. Es un dolor que causa mucha incapacidad, mucho compromiso en la calidad de vida. Se acompaña muchas veces con sensación nauseosa, vómitos. A veces hay gente que llega a tener diarrea, vértigo. Además del dolor que ya es intenso por definición, es un dolor que se acompaña de muchos síntomas que hacen que el episodio, que puede durar entre uno a tres días, sea muy incapacitante para los pacientes”.
Según explicó la facultativa, las migrañas suelen comenzar habitualmente entre la adolescencia y la adultez joven. También pueden iniciarse en niños y pueden aparecer hasta los 45 ó 50 años, aunque en casos muy raros se han descrito casos que comienzan después de esa edad. “Generalmente, va bajando con el pasar de los años. Sobre los 60, 70 años mucha gente empieza a bajar la frecuencia de los dolores”, indicó la doctora Cid.
Frente a las terapias existentes para tratar la migraña, la neuróloga aseguró que “las personas que tienen más de tres o cuatro dolores al mes, ya tienen que empezar a hacer un tratamiento para tener menos dolores. Entonces, no pueden acostumbrarse ni normalizar que sea lo habitual que uno tenga muchos dolores en ese periodo de tiempo.”
“Hay dos enfoques en el tratamiento de la parte farmacológica. En la parte aguda, un analgésico bien usado y un tratamiento preventivo, si ya son más de cuatro o cinco dolores al mes, para bajar la frecuencia y la severidad de los dolores. También, están las terapias no farmacológicas que son súper importantes. Existen gatillantes como el estrés, la falta de alimentación, el ayuno, la falta de sueño, algunos alimentos, cambios hormonales; entonces es muy importante tener buenos hábitos. El apoyo psicológico ayuda muchas veces, también técnicas de relajación, la meditación, el mindfulness y la acupuntura. Todo eso colabora con el dolor”, puntualizó la especialista.