- La proteína se obtiene de manera natural a través de alimentos de origen vegetal y animal. Sin embargo, existe una variada oferta de suplementos en el mercado. Académica de la UTalca entrega la información que debe tomarse en cuenta para adquirir estos productos.
La proteína es un macronutriente clave para nuestro cuerpo, tanto para quienes entrenan como para los que quieren cuidar su salud. Puede obtenerse de alimentos de origen animal o vegetal, y también de forma sintética.
En el mercado existe una variada oferta de suplementos de proteína, es por esto que, la académica de la Escuela de Nutrición y Dietética, Nayadeth Escalona, advirtió que lo primero es asesorarse con un profesional y al comprar fijarse en tres cosas:
Leer el aminograma, “que es el desglose de aminoácidos que contiene esta proteína y lo pueden encontrar al lado de la información nutricional”.
Asimismo, revisar la cantidad de leucina, “en una proteína en polvo debería ser entre 2 y 3 gramos por cada 25 gramos de proteína”.
Por último, chequear que no tenga tantos ingredientes, “que sea lo más pura posible. Si te aparece como primer ingrediente harina o maicena, ya sabemos que no es proteína como tal”, recalcó la nutricionista.
Priorizar lo natural
La especialista de la UTalca detalló que las proteínas de origen animal (clara del huevo, leche, carne, pescado y pollo), “al contener todos los aminoácidos esenciales y en la cantidad adecuada, tienen mayor valor biológico”, detalló.
En tanto, las proteínas de origen vegetal (legumbres, frutos secos, cereales, etc.) “pueden carecer de suficiente cantidad de algún aminoácido esencial, pero al combinarse entre ellas proporcionan una proteína de gran calidad y permiten una reducción en la ingesta de grasas saturadas”, explicó.
En este contexto, la nutricionista recalcó que siempre es importante privilegiar la obtención de proteínas a través del consumo de alimentos. “Es lo primero que voy a recomendar, sin embargo, cuando hay personas que por tiempo no pueden consumir o cocinar algunos alimentos, recién ahí indico un suplemento”, advirtió.
“Un scoop de proteína aporta entre 22 a 30 g de proteína aproximadamente. 100 gramos de pollo nos aportan 22 g de proteína. Entonces, si yo como el pollo, no va a ser necesario consumir el suplemento, pero si no tengo tiempo y no estoy llegando a mi requerimiento, ahí se puede suplementar”, recalcó.
Escalona hizo un llamado a mantener una alimentación variada que incluya frutas, verduras, pescados, carnes magras y cereales integrales. “Tenemos que volver más a lo básico, a los alimentos reales. Hay que educar a la población para que consuma toda la variedad de alimentos”, concluyó.
Mitos y realidades
Con respecto a los mitos sobre la proteína y su sobreconsumo, la experta subrayó que existe una idea de que puede dañar los riñones. “Lo que no usas, tu cuerpo lo elimina. Si haces mayor actividad física, tus requerimientos proteicos aumentan. Entonces, probablemente todas las proteínas que consumas, las vas a utilizar, restaurar, reparar, e hipertrofiar”.
“Lo importante es que, si consumimos proteína, utilicémosla, seamos conscientes de lo que estamos consumiendo”, enfatizó.
Sobre la gran cantidad de productos disponibles en el mercado que indican que son altos en proteína, la profesional recalcó que es esencial leer los ingredientes del producto, ya que pueden tener adición de productos químicos. “Muchas veces son alimentos ultraprocesados, como por ejemplo las barritas proteicas, que producen efectos secundarios como distensión abdominal en algunos pacientes”.
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Equipo Prensa
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