Investigación de UDLA revela que identificar emociones fortalece la protección frente a la depresión en adolescentes chilenos

María Mercedes Yeomans, investigadora de la Escuela de Psicología de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales, Universidad de las Américas, UDLA
María Mercedes Yeomans, investigadora de la Escuela de Psicología de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales, Universidad de las Américas, UDLA

El trabajo, liderado por la académica de UDLA María Mercedes Yeomans, analizó más de 600 casos y entrega evidencia inédita para el contexto latinoamericano. Sus conclusiones refuerzan la urgencia de intervenciones preventivas en salud mental juvenil, entre ellas la “alfabetización emocional”.

Un estudio realizado a más de 600 adolescentes chilenos reveló que la claridad emocional (capacidad de identificar y comprender lo que se siente), es un factor clave para proteger el bienestar psicológico juvenil. Esta habilidad potencia el efecto de la regulación emocional y reduce el riesgo de síntomas depresivos, lo que plantea la necesidad de incorporar programas de alfabetización emocional en escuelas y comunidades como estrategia preventiva en salud mental.

“El bienestar adolescente está influenciado por la regulación emocional y la claridad, especialmente en contextos de depresión, estrés y ansiedad. La regulación y claridad emocional son vitales para el bienestar adolescente y potencian el papel protector contra la depresión. Intervenciones que aborden ambas competencias podrían mejorar los resultados de salud mental en poblaciones vulnerables”, subrayó su coautora y académica de Universidad de Las Américas, María Mercedes Yeomans. 

Publicada en la revista European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, la investigación se desarrolló con una muestra de 636 individuos de entre 10 y 18 años, provenientes de múltiples establecimientos educativos. Para evaluar las variables se aplicaron escalas internacionales que midieron tres dimensiones: regulación emocional, claridad emocional y bienestar subjetivo. A ello se sumó la medición de síntomas depresivos, un elemento clave para interpretar la interacción entre estas competencias emocionales y la salud mental juvenil. 

Claridad emocional

Los especialistas establecieron que la regulación emocional se asocia de manera significativa con un mayor bienestar subjetivo y una menor presencia de depresión. Este efecto protector se potencia cuando los jóvenes poseen altos niveles de claridad emocional. Es decir, comprender lo que se siente o saber distinguir entre tristeza, rabia o frustración, permite que la regulación emocional tenga un impacto más profundo en la salud mental.

Para la Dra. Yeomans, investigadora de la Escuela de Psicología de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales de UDLA, este hallazgo amplía la mirada sobre cómo se entiende el bienestar adolescente. “El bienestar no es solo la ausencia de enfermedad. Es la experiencia sostenida de satisfacción con la vida, relaciones significativas, y regulación emocional. ¿Qué protege a los y las adolescentes del sufrimiento emocional? ¿Qué hace que algunos puedan navegar mejor la incertidumbre, la presión académica, los cambios hormonales o las crisis familiares?”.

El análisis también constató que la depresión ejerce un papel mediador parcial en la relación entre regulación emocional y bienestar, explicando alrededor del 14% del efecto. Esto significa que parte de la influencia de la regulación emocional sobre la percepción positiva de la vida ocurre porque reduce los síntomas depresivos, aunque su impacto también se mantiene de manera directa. En paralelo, la claridad emocional surge como un factor moderador que amplifica este beneficio, actuando como un escudo adicional frente al malestar psicológico.

Implicancias para políticas públicas

Los resultados sugieren que para diseñar intervenciones efectivas en salud mental adolescente es crucial fortalecer no solo la regulación emocional, sino también la claridad emocional. Programas que fomenten ambas competencias podrían maximizar la reducción de la depresión y mejorar el bienestar subjetivo, especialmente en contextos vulnerables donde los jóvenes enfrentan mayores factores de riesgo.

En esa línea, los investigadores de Universidad de Las Américas, Andrés Bello, San Sebastián y de Salamanca (España), destacaron la necesidad de implementar estrategias educativas socioemocionales que fortalezcan el autoconocimiento y la resiliencia como herramientas de prevención. La alfabetización emocional desde la escuela básica puede constituir una medida de salud pública con impacto a largo plazo, disminuyendo la carga de enfermedades mentales y promoviendo comunidades más saludables.

Según los autores, el trabajo aporta evidencia valiosa en el contexto chileno y latinoamericano, sentando las bases para futuras investigaciones y el desarrollo de políticas integrales en torno a la salud mental juvenil. “Desde UDLA entendemos que investigar es también una forma de contribuir al país. Este estudio puede orientar intervenciones escolares, programas de salud mental comunitaria y políticas públicas. Más que una responsabilidad exclusiva de las familias o del sistema de salud, el bienestar emocional es una tarea colectiva”, concluyó la Dra. Yeomans.

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Equipo Prensa
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