El ataque cerebrovascular (ACV) dejó de ser una enfermedad exclusiva de adultos mayores: cerca de la mitad de los casos que hoy se registran en Chile ocurren en personas menores de 70 años. Este dato debiera impulsarnos como sociedad a revisar nuestras estrategias de prevención y atención, con foco en la población adulta joven.

Educar sobre los signos de alarma – alteración súbita del lenguaje o asimetría de la cara o pérdida de fuerza del brazo- puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. El ACV es la segunda causa de fallecimiento en el país y la primera causa de discapacidad adquirida.

Hacemos un llamado decidido a las autoridades y al sector privado para fortalecer programas de rehabilitación, apoyo psicosocial, reintegración laboral y acompañamiento comunitario. Este mes puede ser una oportunidad para evaluar políticas existentes, medir su impacto y ampliar coberturas.

La prevención sigue siendo clave. El 36% de los chilenos padece hipertensión -una cifra superior al promedio mundial- pero un tercio no lo sabe. Y este es el factor más importante para la ocurrencia de un ACV. Por otra parte, si no cerramos brechas en el diagnóstico de hipertensión o en el tratamiento de la diabetes y promovemos chequeos regulares, el aumento de los ACV será inevitable. A ello se suman el sobrepeso y la inactividad: más de la mitad de los niños y adolescentes tiene obesidad o sobrepeso, y los jóvenes chilenos lideran el sedentarismo en la región.

Frente al ACV, cada minuto cuenta. Actuar a tiempo salva vidas.

Dr. Víctor Navia, neurólogo, presidente ACEVE

Dr. Rodrigo Guerrero, neurólogo, coordinador del Mes del ACV por SONEPSYN

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