La evidencia científica más reciente volvió a cuestionar varias creencias instaladas sobre los edulcorantes no calóricos. Así se expuso en el seminario “Avances y Desafíos en el Uso de Edulcorantes No Calóricos”, realizado en el campus Bellavista de la Universidad San Sebastián (USS) y organizado junto a la Asociación de Alimentos y Bebidas de Chile AG (AB Chile).
El encuentro reunió a tres referentes de Chile y Argentina —el Dr. Samuel Durán, la Dra. Susana Socolovsky y el Dr. Brian Cavagnari— quienes presentaron datos actualizados sobre seguridad, regulación y efectos metabólicos de estos aditivos alimentarios, en un contexto donde la desinformación y el debate público han marcado la discusión.
Tres creencias que la ciencia cuestiona
Los especialistas coincidieron en que muchas alarmas provienen de una interpretación errónea de algunos estudios científicos (como podría ser la de atribuir una relación causa-efecto por resultados provenientes de estudios observacionales). Entre los principales mitos aclarados se encuentran:
- “Dañan la microbiota intestinal”. Los estudios clínicos de mayor calidad muestran, si bien algunos edulcorantes no calóricos tendrían la capacidad de modificar la composición de la microbiota intestinal, esta modificación no alteraría ni la glucosa en sangre, ni la insulina en sangre. La evidencia disponible indica además que, cuando se utilizan dentro de una dieta equilibrada, los alimentos y bebidas con edulcorantes no calóricos son una herramienta útil para colaborar con una estrategia de descenso de peso, siempre y cuando se utilicen en el marco de una dieta equilibrada y como reemplazo de alimentos y bebidas azucarados.
- “Aumentan la glucosa o la insulina”. Una revisión amplia de estudios clínicos demuestra que los edulcorantes no calóricos no elevan los niveles de glucosa ni de insulina, incluso en personas con diabetes. Esta evidencia de alta calidad cuestiona un temor común entre pacientes y algunos profesionales de la salud, y confirma que estos aditivos no generan efectos metabólicos adversos.
- “Producen cáncer”. Las evaluaciones toxicológicas internacionales han demostrado de forma consistente que los edulcorantes aprobados no son carcinogénicos. Organismos como la FDA, la EFSA y el JECFA (Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives por sus siglas en inglés) realizan reevaluaciones periódicas y reafirman su aprobación, ya que estos compuestos han demostrado no ser teratogénicos, mutagénicos ni dañinos en las dosis habituales de consumo.
Durante la jornada también se abordó cómo ciertos informes internacionales han contribuido a la confusión pública al basarse solo en estudios observacionales. Según Samuel Durán, “lo que buscamos es actualizar conocimientos con evidencia real, no con percepciones. Muchos de los mitos que circulan no tienen respaldo en los estudios clínicos”.
La gerenta general de AB Chile, Marisol Figueroa, destacó el valor del trabajo conjunto entre academia e industria: “Estamos convencidos de que la asociación entre el mundo privado y la academia promueve un círculo virtuoso en el avance del análisis y búsqueda de soluciones que contribuyan a un mayor bienestar de la población, con base a la evidencia científica. En este sentido, valoramos el trabajo de vinculación con el medio que efectúa la Universidad San Sebastián para fomentar la discusión sobre los desafíos en el uso de los edulcorantes no calóricos, de la mano de grandes expertos internacionales como los doctores Durán, Cavagnari y Socolovsky”.
Los tres especialistas viajarán próximamente a México para participar en una jornada organizada por la Fundación FiNUT, donde presentarán nuevamente estos resultados, en una discusión que está tomando fuerza en la agenda científica internacional.
























